En este artículo hablaremos de un tema que preocupa o interesa a casi cualquier hombre mayor de 27 años. Después de nadar en agua fría, de tener relaciones sexuales fallidas o de sensaciones extrañas después de ellas, o después de la aparición de puntos rojos en el prepucio, surgen pensamientos inquietantes. Lo primero que me viene a la mente es "prostatitis". Pero cuáles son sus signos, cómo saber si es él o no, o tal vez esta sea su etapa inicial. En este artículo hablaremos específicamente de los signos de la prostatitis, para que el hombre esté advertido y, en caso de ansiedad, reaccione inmediatamente de la manera correcta.
La prostatitis es una enfermedad basada en el proceso inflamatorio de la glándula prostática. Anatómicamente, el órgano está ubicado debajo de la vejiga y rodea la sección inicial del canal del sistema urinario. Esta es la enfermedad más común entre los hombres en el perfil urológico, especialmente a partir de los 45 años. Puede ser aguda o crónica, bacteriana o no bacteriana, congestiva o inflamatoria. En cualquier caso, la enfermedad reduce la calidad de vida, provoca molestias, dolor, problemas para orinar y función sexual, y también puede provocar complicaciones como abscesos, bacteriemia, epididimitis, infertilidad y cáncer. Por lo tanto, es importante conocer los signos de la enfermedad y contactar de inmediato a un urólogo o andrólogo para su diagnóstico y tratamiento. Hoy hablaremos de 16 signos de prostatitis en hombres que pueden ayudarle a determinar la presencia de la enfermedad y comenzar la terapia.
16 signos de prostatitis en hombres según los urólogos
Esto es sobre lo que los urólogos y andrólogos advierten a todos los hombres, especialmente a aquellos que tienen un estilo de vida sedentario y por tanto están en riesgo. Cómo entender que es hora de acudir al médico para estar seguro. Sólo puedes juzgar por los síntomas de la enfermedad. Analicemos cada uno de ellos por separado y consideremos todos los detalles en detalle.
Dolor, pesadez, presión o ardor en el perineo, el escroto, la parte inferior del abdomen o el interior de la pelvis.
Uno de los signos más comunes y característicos de la prostatitis es el dolor, que puede localizarse en diferentes zonas de la pelvis. El dolor puede ser constante o intermitente, doloroso o agudo, fuerte o débil. Puede empeorar al orinar, eyacular, defecar, hacer ejercicio, sentarse o caminar. Puede propagarse a órganos cercanos como la vejiga, los riñones, los testículos, el recto y el coxis. Puede ser causado por inflamación, hinchazón, espasmo o compresión de la glándula prostática o del tejido circundante. El dolor puede ser un signo de prostatitis tanto aguda como crónica, pero en la prostatitis aguda suele ser más intenso y estar acompañado de otros signos de infección.
Dolor durante la eyaculación
Otro síntoma común y específico de la prostatitis es el dolor durante la eyaculación, es decir, la liberación de espermatozoides del pene durante el orgasmo. Pueden ser de diferente intensidad y naturaleza, desde molestias leves hasta dolores insoportables. Puede ser causado por inflamación, hinchazón, irritación o infección de la glándula prostática o de los conductos deferentes que la atraviesan. El dolor durante la eyaculación puede provocar una disminución del deseo sexual, miedo a las relaciones sexuales, disfunción eréctil y orgasmo, así como malestar psicológico y depresión. Pueden ser un síntoma de prostatitis tanto aguda como crónica, pero en la prostatitis crónica suelen ser más persistentes y difíciles de tratar.
Sangre en la orina o la eyaculación.
Otro signo de prostatitis que puede provocar ansiedad y miedo en un hombre es sangre en la orina o en la eyaculación. La sangre en la orina se llama hematuria y la sangre en la eyaculación se llama hemospermia. Puede ser visible a simple vista o detectarse durante pruebas de laboratorio. Puede ser causado por daño a los vasos que irrigan o pasan a través de la glándula prostática. El daño vascular puede estar asociado con inflamación, infección, traumatismo, isquemia, trombosis o un proceso neoplásico. La sangre en la orina o en la eyaculación puede ser un síntoma de prostatitis tanto aguda como crónica, pero en la forma aguda suele ser más abundante y de corta duración, y en la forma crónica suele ser más rara y más duradera.
Disfunción urinaria
El siguiente signo popular de prostatitis es la dificultad para orinar. La enfermedad puede provocar una interrupción del flujo de orina desde la vejiga a través de la uretra. Esto puede manifestarse como disuria, es decir, dolor, ardor, picazón o escozor al orinar. También puede manifestarse como estranguria, que es una micción frecuente, urgente o difícil. La dificultad para orinar también puede manifestarse en forma de polaquiuria, es decir, micción frecuente en pequeñas porciones, especialmente por la noche. Puede manifestarse en forma de oliguria, es decir, disminución de la cantidad de orina, o anuria, es decir, ausencia total de orina. Puede manifestarse en forma de retención urinaria, es decir, retención de orina en la vejiga, o ischuria, es decir, liberación involuntaria de orina. El trastorno puede ser causado por inflamación, hinchazón, espasmo, presión u obstrucción de la próstata o la uretra. Todo esto puede ser un síntoma de prostatitis tanto aguda como crónica.
Calambres agudos en el perineo.
Otro síntoma de la prostatitis en los hombres son los espasmos agudos y dolorosos en las profundidades del perineo, es decir, en la proyección entre el ano y los testículos. El espasmo se acompaña de un dolor intenso y no dura mucho (5 a 10 segundos). Pasa con la misma brusquedad o se desvanece lentamente. Este es un signo de la fase aguda de la aparición de la enfermedad. Esto significa que el día anterior provocaste esta condición con algo: hipotermia o contacto sin protección. En este caso, es necesario tomar un AINE + un antihistamínico y concertar una cita con un andrólogo/urólogo. Es necesario realizar un examen TRUS, analizar las secreciones de la próstata en busca de patógenos, la sangre en busca de PSA y un análisis de orina general. Puedes investigar primero y luego ir al médico para que tenga algo que mirar. mi
Deterioro de la erección o incapacidad para llegar a la meta.
Estos dos signos también nos hablan de una posible prostatitis. Pero la indicación aquí no es explícita, ya que la erección en los hombres depende en gran medida de su estado de ánimo y de su tranquilidad. La más mínima neurosis, y especialmente la presencia de pensamientos obsesivos, provoca inmediatamente que los cuerpos cavernosos del pene se llenen de sangre (física de la erección). Lo mismo se aplica al final: sucede que al principio todo está bien, pero al final el deseo desaparece, lo que también está fuertemente relacionado con las emociones. Diferentes hombres tienen diferentes temperamentos: algunos son alfa, otros no, pero existe un punto medio dorado. Esto significa que debes analizar la situación en función de cómo era el hombre antes. Y entonces, si antes todo estaba muy alegre (lo querías a menudo), y ahora te has vuelto 2 o 3 veces más débil, entonces esto ya es una señal. En este caso, no debes tomar Viagra o Sildenophile, esto sólo empeorará la situación, pero debes ir a hacerte un examen. Puede masajear la glándula prostática, proporcionar supositorios para la prevención (extracto de próstata).
Signos generales de intoxicación.
Uno de los signos de prostatitis son los síntomas generales de intoxicación, que indican que se está produciendo un proceso inflamatorio en el cuerpo. Estos síntomas pueden incluir:
- aumento de la temperatura corporal a 38-39 grados o más;
- escalofríos, temblores, sudoración;
- dolor de cabeza, debilidad, fatiga, irritabilidad;
- pérdida de apetito, náuseas, vómitos, diarrea;
- dolor en músculos, articulaciones, huesos.
Pueden ser más pronunciados en la forma aguda de la enfermedad, cuando la inflamación se desarrolla rápida y gravemente. En la prostatitis crónica, cuando la inflamación dura mucho tiempo y es menos intensa, estos signos pueden ser menos notorios o estar ausentes. Sin embargo, esto no significa que la enfermedad no progrese y no requiera tratamiento.
Aumento del tamaño de la próstata
Otro signo de prostatitis es el aumento del tamaño de la glándula prostática, que puede detectarse mediante tacto rectal o ecografía. La próstata es un órgano ubicado debajo de la vejiga y que rodea la parte inicial de la uretra. Cuando se inflama, aumenta de volumen, se vuelve más denso, grumoso y doloroso a la palpación. Una glándula agrandada puede provocar compresión de la uretra y dificultad para orinar.
Presencia de cambios inflamatorios en los análisis de sangre y orina.
Otro signo de prostatitis es la presencia de cambios inflamatorios en los análisis de sangre y orina, que pueden indicar disfunción de los riñones, la vejiga y la próstata. Estos cambios pueden incluir:
- un aumento en el nivel de leucocitos, VSG, proteína C reactiva en la sangre, lo que indica inflamación en el cuerpo;
- niveles elevados de creatinina, urea y ácido úrico en la sangre, lo que indica insuficiencia renal;
- la presencia de leucocitos, glóbulos rojos, bacterias, proteínas, moco, sales en la orina, lo que indica inflamación del tracto urinario;
- la presencia de leucocitos, eritrocitos, bacterias, antígenos en las secreciones prostáticas, la eyaculación o la orina después del masaje prostático, lo que indica inflamación de la próstata.
Estas pruebas ayudan al médico a determinar la gravedad de la enfermedad, identificar el agente causante de la infección, elegir un antibiótico y controlar la eficacia del tratamiento.
Presencia de bacterias o sus antígenos en secreciones, eyaculado u orina.
Estos son algunos de los signos más populares identificados ya en la etapa de examen. La prostatitis puede ser bacteriana o no bacteriana. El primero es causado por diversos microorganismos que pueden ingresar a la próstata desde la uretra, la vejiga, los intestinos u otras fuentes de infección en el cuerpo.
Las bacterias o sus antígenos se pueden detectar en las secreciones prostáticas, la eyaculación o la orina mediante microscopía, cultivo bacteriológico, PCR o inmunoensayo enzimático. Esto ayuda al médico a determinar el tipo de prostatitis bacteriana, que puede ser aguda o crónica, y a seleccionar el antibiótico adecuado para el tratamiento.
Presencia de cambios inmunológicos en secreciones, eyaculación u orina.
Otro signo detectado en el laboratorio. La prostatitis puede ser no solo bacteriana sino también no bacteriana. El segundo puede ser causado por trastornos inmunológicos, cuando el cuerpo comienza a percibir sus propias células prostáticas como extrañas y a atacarlas. Esto puede ocurrir en enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la diabetes mellitus y otras. Esto también puede ocurrir con reacciones alérgicas a ciertos alimentos, medicamentos, condones, espermicidas y otros. Los cambios inmunológicos en las secreciones de la próstata, la eyaculación o la orina pueden incluir:
- niveles elevados de inmunoglobulinas, especialmente IgE, que son anticuerpos implicados en reacciones alérgicas;
- niveles elevados de citoquinas, que son mediadores inflamatorios que mejoran la respuesta inmune;
- aumentar el nivel de complemento, que es un sistema de proteínas que se activan durante la respuesta inmune y destruyen las células diana;
- la presencia de autoanticuerpos, que son anticuerpos dirigidos contra las propias células de la próstata.
Estos cambios inmunológicos se pueden detectar en las secreciones de la próstata, la eyaculación o la orina mediante inmunoensayo enzimático, radioinmunoensayo, ensayo de inmunofluorescencia u otros métodos. Esto ayuda al médico a determinar el tipo de prostatitis no bacteriana, que puede ser autoinmune o alérgica, y a seleccionar la terapia adecuada, que puede incluir medicamentos inmunosupresores o antialérgicos.
La presencia de cambios morfológicos en el tejido prostático.
Veamos otro signo de la enfermedad. La prostatitis puede provocar cambios morfológicos en el tejido prostático, que pueden detectarse mediante examen histológico. La histología es una ciencia que estudia la estructura de tejidos y células bajo un microscopio. Para el examen histológico, es necesario realizar una biopsia de próstata, es decir, un pequeño trozo de tejido, que luego se tiñe con reactivos especiales y se examina con un microscopio. Los cambios morfológicos en el tejido prostático pueden incluir:
- la presencia de células inflamatorias, como leucocitos, macrófagos, células plasmáticas, linfocitos, que penetran en el tejido de la próstata e intentan destruir el patógeno o las células dañadas;
- la presencia de necrosis, es decir, muerte de las células de la próstata que no pueden resistir el proceso inflamatorio o la isquemia (falta de riego sanguíneo);
- la presencia de fibrosis, es decir, sustitución del tejido prostático normal por tejido conectivo, que forma cicatrices y sellos;
- la presencia de atrofia, es decir, una disminución del tamaño y función de las células de la próstata que no reciben suficiente nutrición y estimulación;
- la presencia de hiperplasia, es decir, un aumento en el número y tamaño de las células de la próstata que intentan compensar la pérdida de función o responder a los cambios hormonales;
- la presencia de displasia, es decir, alteraciones en la estructura y ubicación de las células de la próstata, que pueden ser precancerosas o cancerosas.
Estos cambios morfológicos pueden variar en gravedad y prevalencia, según el tipo, la duración y la actividad de la prostatitis. Pueden afectar la función de la próstata, la micción, la vida sexual y el riesgo de cáncer de próstata.
La presencia de cambios funcionales en el funcionamiento de la glándula prostática.
La prostatitis puede provocar otro signo de la enfermedad, cambios funcionales en el funcionamiento de la glándula prostática, que pueden detectarse durante un estudio funcional. Las pruebas funcionales son un método que permite evaluar la capacidad de la próstata para realizar sus funciones principales, tales como:
- secreción de jugo prostático, que es una parte integral de los espermatozoides y proporciona su líquido, motilidad y nutrición a los espermatozoides;
- control urinario, que se logra contrayendo y relajando los músculos de la próstata que regulan el paso de la orina a través de la uretra;
- participación en la erección y el orgasmo, que dependen de los impulsos nerviosos que van desde la próstata al pene y viceversa.
Se puede detectar un signo funcional de cambios en la función de la próstata mediante los siguientes métodos:
- análisis del jugo prostático, que permite determinar la cantidad, composición, acidez, viscosidad, color, olor y otras características de la secreción prostática;
- uroflujometría, que permite medir la velocidad, fuerza, volumen y duración del chorro de orina, así como determinar la presencia de retención, interrupción, goteo o incontinencia;
- erectometría, que permite medir el grado y la duración de la erección del pene bajo diversos estímulos, así como determinar la presencia de una erección disminuida, ausente o dolorosa;
- Orgasmometría, que permite medir la intensidad y duración del orgasmo, así como determinar la presencia de orgasmo disminuido, ausente o doloroso.
Estos cambios pueden ser de diversos grados de gravedad y variabilidad, según el tipo, la duración y la actividad de la prostatitis. Pueden reducir significativamente la calidad de vida de un hombre, su autoestima, su estado psicológico y su relación con su pareja.
La presencia de trastornos psicológicos y emocionales asociados con la prostatitis.
La prostatitis no sólo afecta la salud física del hombre, sino también su estado psicológico y emocional, que es otro signo de la enfermedad. Puede provocar trastornos psicoemocionales, como:
- depresión, que se manifiesta en disminución del estado de ánimo, interés, placer, autoestima, así como la aparición de pensamientos negativos, sentimientos de culpa, desesperanza, falta de sentido de la vida y tendencias suicidas;
- ansiedad, que se manifiesta en aumento de la inquietud, miedo, nerviosismo, pánico, fobias, trastornos obsesivo-compulsivos y otros;
- estrés, que se manifiesta en aumento de tensión, irritabilidad, ira, agresión, insomnio, dolores de cabeza, palpitaciones y otros;
- trastornos sexuales, que se manifiestan en disminución de la libido, disfunción eréctil, eyaculación precoz, anorgasmia, insatisfacción sexual y otros.
Estos trastornos psicológicos se pueden detectar mediante pruebas, cuestionarios, entrevistas, observación o autoevaluación. Esto ayuda al médico a determinar el alcance del impacto de la prostatitis en la salud mental de un hombre y a elegir la psicoterapia adecuada, que puede incluir asesoramiento, psicoeducación, terapia cognitivo-conductual, hipnosis, relajación y otros.
Presencia de lesiones traumáticas en la próstata.
Si sufrió una lesión, por ejemplo, su pareja hizo algo mal o utilizó un masajeador de percusión para otros fines y, como resultado, comenzó a sentir molestias, este también es uno de los signos de prostatitis. La enfermedad puede ser causada por lesiones traumáticas en la próstata, que pueden ocurrir en diversas circunstancias.
Las lesiones traumáticas de la próstata pueden provocar rotura, sangrado, hinchazón, inflamación, infección, cicatrización o isquemia del tejido prostático. Esto puede afectar la función de los órganos, la micción, la vida sexual y el riesgo de cáncer de próstata.
Presencia de una predisposición hereditaria a la prostatitis.
Otro signo que es extremadamente raro. La prostatitis también puede estar asociada con una predisposición hereditaria a esta enfermedad, que puede transmitirse de padres a hijos a través del código genético. La predisposición hereditaria a la prostatitis puede deberse a los siguientes factores:
- la presencia de mutaciones genéticas que pueden afectar la estructura, función o regulación de la próstata, por ejemplo, genes que codifican receptores de andrógenos, citocinas, inmunoglobulinas y otros;
- la presencia de síndromes genéticos que pueden ir acompañados de trastornos del desarrollo o función de la próstata, por ejemplo, síndrome de Klinefelter, síndrome de Reifer, síndrome de Lawrence-Moon-Biedl y otros;
- presencia de antecedentes familiares de prostatitis, es decir, casos de prostatitis en familiares cercanos, como padre, hermano, abuelo, tío y otros.
La herencia se puede detectar mediante pruebas genéticas, que pueden determinar la presencia o ausencia de ciertos genes o mutaciones asociadas con la prostatitis. Esto ayuda al médico a determinar el riesgo de desarrollar prostatitis en un hombre y recomendar medidas preventivas como exámenes periódicos, pruebas, tratamiento, dieta, estilo de vida y otros.
Presencia de prostatitis idiopática.
La prostatitis también puede ser idiopática, es decir, tener una causa desconocida que no puede determinarse con los métodos de diagnóstico modernos. Esta forma de la enfermedad también tiene sus propios síntomas. La prostatitis idiopática puede ser el resultado de una interacción compleja de muchos factores, como:
- trastornos hormonales que pueden afectar el crecimiento, desarrollo y función de la próstata, por ejemplo, disminución de los niveles de testosterona, aumento de los niveles de estrógeno, desequilibrio de prolactina, cortisol y otros;
- trastornos metabólicos que pueden afectar la nutrición, el suministro de sangre y la desintoxicación de la próstata, por ejemplo, diabetes, obesidad, hiperlipidemia, hiperuricemia y otros;
- factores ambientales que pueden influir en el efecto de diversas sustancias sobre la próstata, por ejemplo, tabaquismo, alcohol, drogas, medicamentos, pesticidas, metales pesados y otros;
- factores psicosomáticos que pueden influir en la relación entre la psique y lo somático, por ejemplo, estrés, ansiedad, depresión, neurosis, trastornos somatomorfos y otros.
La forma idiopática de la enfermedad puede ser difícil de diagnosticar y tratar porque no existen criterios claros para distinguirla de otros tipos. Sin embargo, el médico puede intentar identificar y eliminar posibles factores de riesgo, así como aplicar un enfoque integrado del tratamiento, que incluya medicación, fisioterapia, cirugía, psicoterapia y otros métodos.
No todos los síntomas que pueden molestar a un hombre están asociados con la prostatitis. Existen otras enfermedades que pueden imitar la prostatitis o acompañarla. Por tanto, es importante poder distinguir los signos de prostatitis de los signos de otras patologías, para no automedicarse y no perder el tiempo en un diagnóstico y terapia adecuados. Aquí hay algunas condiciones y síntomas que a menudo se confunden con la prostatitis, pero que en realidad no están relacionados con ella:
Reglas para identificar signos de prostatitis.
- Ausencia de cualquier signo asociado a la próstata. Muchos hombres no notan o ignoran los signos de prostatitis, creyendo que están asociados con la edad, el estrés, el exceso de trabajo u otras razones. Sin embargo, esto puede ser peligroso, ya que la prostatitis puede ser asintomática o disfrazarse de otras enfermedades, y también provocar complicaciones graves. Por ello, se recomienda someterse periódicamente a exámenes preventivos con un urólogo y realizar pruebas, incluso si no se siente ningún problema con la próstata.
- La presencia de signos asociados a otras enfermedades de la próstata, como adenoma, cáncer, cálculos, quistes, etc. Estas enfermedades pueden tener síntomas similares o diferentes a la prostatitis, por lo que es importante realizar un diagnóstico diferencial para excluir o confirmar la presencia de estas enfermedades. Esto puede requerir estudios adicionales como ecografía, rayos X, resonancia magnética, tomografía computarizada, PET, biopsia, marcadores tumorales, etc.
- La presencia de signos asociados a enfermedades de otros órganos y sistemas que pueden simular o complicar la prostatitis: cistitis, uretritis, pielonefritis, nefrolitiasis, apendicitis, colitis, gastritis, úlceras, hemorroides, radiculitis, osteocondrosis, artritis, resfriados, alergias, etc. Estas enfermedades pueden provocar dolor, malestar, problemas urinarios, fiebre, debilidad y otros síntomas que pueden atribuirse erróneamente a la prostatitis. Por tanto, es necesario prestar atención a la localización, naturaleza, intensidad y factores que influyen en el síndrome de dolor, así como a otras manifestaciones de la enfermedad, para poder determinar correctamente su causa y tratamiento.
Conclusiones
La prostatitis es una enfermedad grave que puede afectar negativamente la salud, la sexualidad y la calidad de vida del hombre. La enfermedad puede tener diversas causas, mecanismos, tipos, formas, etapas, síntomas, complicaciones y enfermedades concomitantes. Por lo tanto, es importante conocer los signos de la prostatitis y contactar de inmediato a un urólogo para su diagnóstico y tratamiento. Además, es necesario distinguir los signos de la prostatitis de los síntomas de otras enfermedades de la próstata u otros órganos y sistemas para evitar errores o desencadenar la enfermedad. Además, es importante mantener un estilo de vida saludable, mantener la higiene, someterse a exámenes preventivos periódicos, tratar las comorbilidades, evitar los factores de riesgo y seguir las recomendaciones del médico para prevenir o curar las dolencias masculinas.